Consejos para estudiar

10.09.2022

Al momento de abrir una página de música... 

Al momento de abrir una página de música tenemos delante algunos problemas que resolver, y son:

  • Descubrir la estructura de la música escrita.
  • Saber qué movimientos técnicos hay que ejecutar.
  • Observar todos los detalles acerca del ritmo, la dinámica, el fraseo, etc.

En suma: primero saber exactamente qué hay que hacer, y después hacerlo. Pero, en el momento de hacerlo, hay que saber controlar si lo que hacemos está efectivamente bien hecho. Supongamos, por ejemplo, que hemos decidido que para tocar un determinado pasaje conviene colocar las manos en tal o cual posición más ventajosa que cualquier otra. Pues bien, después de haber decidido esto, al ensayar deberemos prestar mucha atención para darnos cuenta de si al llegar ahí, justamente a ese pasaje, pensamos en esa posición de las manos, o si, en cambio, lo recordamos recién cuando ya hemos tocado algunas notas... y ya es demasiado tarde. Si ocurriese esto último, habrá que repetir hasta formarnos el hábito de pensar en ese detalle, en el momento justo y sin esfuerzo.

Obsérvese que no se trata de repeticiones irreflexivas. Para saber qué hay que hacer antes de hacerlo, se necesita una lectura atenta de la partitura. Es decir, comenzar a tocar y a repetir sin analizar, parecería más sencillo al principio, pero, a la larga, traerá varias dificultades importantes, entre ellas la posible creación de malos hábitos motrices o de fraseo que habrá que corregir después. Jamás se debe creer que tales correcciones corresponden a un "perfeccionamiento" después que la partitura estuviese "aprendida". 

Para estudiar hay que seguir un orden lógico:

  • Leer
  • Observar los detalles
  • Entender el por qué de esos detalles
  • Tocar
  • Retener (memorización)

Estas cinco etapas se pueden hacer en forma más o menos simultanea, si se quiere, o por separado, pero siempre distinguiendo cada etapa. Por ejemplo, se podría hacer en forma casi simultánea así:

  • Al leer atentamente, ya se observan los detalles y, al observar los detalles, se descubre una relación entre ellos. Este descubrimiento nos deja entender cómo está compuesta la música y nos da una idea primaria de cómo interpretarla artísticamente. Recién entonces estaremos en condiciones de poder tocar observando si cumplimos con todos esos detalles tratando de que los mismos queden en la memoria.

¿Cuáles son los requisitos necesarios para poder estudiar de esta manera? Son los siguientes:

Elementos psicológicos:  

  • Atención
  • Observación
  • Comprensión
  • Memorización

Conocimientos 

  • Teoría musical
  • Técnica instrumental o vocal

Referente a los elementos psicológicos es interesante saber que son requisitos que no pueden existir ninguno sin todos los demás. Podemos observar algo solamente a condición de que eso nos llame la atención o que le pongamos atención voluntaria. Y si comprenderemos lo que estamos observando, será mucho más fácil recordarlo. Si hay olvidos parciales al querer recordar, es porque ha habido alguna falta de atención en algún momento y, por lo tanto, faltó observación y algo quedó sin ser totalmente comprendido y será más difícil de recordar. 

Ocasionalmente recordamos hechos que no comprendemos bien, pero que hemos observado con gran atención. Y decimos que recordamos perfectamente todo lo que vimos. Sin embargo, en estos casos es común que la memoria falle en los detalles. Es característico que en este tipo de memoria irracional haya confusión en la descripción detallada de los hechos, confusión que aumenta a medida que se piden más y más detalles precisos. Incluso es bastante común la falsa memoria, donde la persona cree que recuerda, pero, en realidad, está imaginando cosas que no ocurrieron pero le sirven para armar el rompecabezas. Para un músico (estudiante o no) el asalto imprevisto de esta clase de memoria puede ocurrirle en la medida en que haya dejado de lado detalles al estudiar. Ahí es característica la aparición de dudas acerca hasta de las notas de la partitura o las digitaciones, e incluso podrá llegar a imaginar lo que no está escrito, pero, como de todos modos sabe que no es correcto, las dudas pueden llegar a ser tan grandes que le causen pánico si está actuando en público. Por eso es tan necesario vigilar, ya a partir del primer ensayo de todos, que estemos recordando todos los detalles y cada uno en el momento preciso en que debe ser recordado - ni antes ni después.

Respecto a los conocimientos necesarios en teoría de la música, no es necesario hacer mayores comentarios. Solamente cabe decir que son los que nos permiten hacer el análisis suficiente para comprender cómo está compuesta la música. Es - haciendo una comparación - como un idioma que, si no lo sabemos comprender, tampoco podremos entender el significado de lo que está escrito. Y el estudiante que no aplique los conocimientos de teoría al estudiar, hará algo muy parecido a quien aprende por fonética unas cuantas frases de un idioma extranjero sin saber lo que eso significa. Es decir, tocará de oído y su interpretación  será puramente mecánica.

En los niños esta última observación es particularmente importante. Nunca se debe separar por un lado el estudio de la teoría musical y, por otro lado, el estudio de partituras. Esto vale aún en las partituras más sencillas. La asociación entre la música y la teoría formará un buen hábito. Lo contrario inculcará formas mecánicas de estudiar.

Acerca de la técnica creo oportuno indicar cuál es la importancia real de los ejercicios. El entrenamiento muscular y el dominio mental sobre los músculos son dos cosas diferentes, aunque tengan relación entre sí. La función de los ejercicios es esencialmente la de desarrollar los músculos de manera que respondan a las exigencias de la ejecución.  La habilidad en el manejo de los músculos, en cambio, es un factor mental y los ejercicios no aportan gran cosa en este sentido. La habilidad se desarrolla mediante la atención en realizar correctamente los movimientos necesarios, sea para tocar un instrumento o para la emisión de la voz. La habilidad se puede desarrollar mucho mejor mediante el estudio atento de partituras y siempre será superior a lo que los ejercicios de por si solos puedan brindar - excepto, claro está, que se recurra a ejercicios de extrema dificultad motriz, pero yo dudaría acerca de la utilidad que podrían tener para el entrenamiento y para la musicalidad. Lo más recomendable es una dosificación de ejercicios (de entrenamiento y mantenimiento del buen estado muscular) y dejar que la habilidad se desarrolle con naturalidad haciendo música.


Gustavo Britos Zunín